Al menos 74 personas perdieron la vida en un incendio que arrasó un destartalado edificio de cinco plantas en Johannesburgo en el que vivían personas sin hogar y ocupantes ilegales, dijeron el jueves los servicios de emergencias de la ciudad más grande de Sudáfrica. Algunos en su desesperación arrojaron bebés por las ventanas del tercer piso para que los atraparan en la acera.
Al menos 12 de las víctimas eran menores, el más pequeño de apenas un año, según funcionarios de salud. Dijeron en conferencia de prensa que había un número indeterminado de desaparecidos, y muchos de los cadáveres quemados eran imposibles de reconocer.
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Medio centenar de personas sufrieron heridas, seis de ellas graves. Los equipos de emergencias esperaban encontrar más víctimas a medida que avanzan por el inmueble, un proceso ralentizado por las condiciones en el interior. El incendio estalló alrededor de la 1 de la madrugada en el corazón del distrito financiero de la ciudad.
Docenas de cuerpos recuperados por los bomberos estuvieron tendidos unos junto a otros en una calle próxima, algunos en bolsas para cadáveres y otros cubiertos con sábanas térmicas y mantas. Finalmente se los llevaron vehículos del departamento de patología.
“En 20 años de servicios, jamás he visto nada parecido”, dijo Robert Mulaudzi, vocero del Servicio de Emergencias.
En la zona abundan los edificios abandonados y en ruinas que suelen estar ocupados por personas desesperadas por encontrar alojamiento. Las autoridades de la ciudad se refieren a ellos como “edificios secuestrados”.
Según Mulaudzi, la cifra de fallecidos podría aumentar porque hay personas que siguen atrapadas en el inmueble. Los bomberos tardaron tres horas en contener las llamas y, a media mañana, solo habían podido acceder a tres de sus cinco plantas, agregó.
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El interior del edificio era en realidad un “asentamiento informal” donde se habían levantado chabolas y otras estructuras y la gente se hacinaba en las habitaciones, afirmó el vocero. Había “obstrucciones” por todas partes que podrían haber complicado enormemente la huida de los residentes y que obstaculizaban el acceso de los equipos de emergencia al lugar, agregó.
De acuerdo con las autoridades de la ciudad, 141 familias se han visto afectadas por la tragedia, aunque no pudieron aclarar de inmediato cuánta gente había dentro del edificio en el momento del incendio. Se cree que la mayoría de ellos eran extranjeros, añadieron.
Un testigo que no se identificó por su nombre dijo a la televisora eNCA que vivía en un edificio contiguo y escuchó a la gente pedir ayuda y gritar “Nos estamos muriendo aquí dentro” cuando comenzó el incendio.
Mgcini Tshwaku, un funcionario del gobierno municipal, dijo que había indicios de que la gente encendía fuegos dentro del inmueble para calentarse durante el invierno. Las autoridades están investigando la causa del incendio.
Luego de que se hubiesen extinguido las llamas, por las ventanas del ennegrecido edificio se filtraba humo al amanecer. De algunas de ellas colgaban ristras de sábanas y otros materiales. No estuvo claro si se utilizaron para tratar de escapar del fuego o para salvar sus posesiones.
El presidente sudafricano Cyril Ramaphosa dijo en un comunicado que “esta es una gran tragedia sentida por familias cuyos seres queridos perecieron de manera tan espantosa, y nuestros corazones están con toda persona afectada por este evento”.
Un vocero de Ramaphosa dijo que ha ofrecido la ayuda de la agencia nacional de manejo de emergencias si se necesita. El presidente canceló un discurso televisado sobre la cumbre del BRICS que tenía previsto para la noche y visitó la escena.
Ramaphosa calificó el incendio de “llamado de alerta” para que la capital económica del país resuelva la crisis de vivienda de sus barrios pobres.
“No hemos venido a echar culpas”, dijo Ramaphosa frente al edificio incendiado. “Esta es una lección difícil para todos”.
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Imray informó desde Ciudad del Cabo, Sudáfrica.