Varios pistoleros abrieron fuego el jueves contra vehículos de pasajeros que transportaban a musulmanes chiíes en el inestable noroeste de Pakistán, matando al menos a 38 personas, incluidas seis mujeres, y dejando heridas a otras 20 en uno de los ataques más mortales de los últimos años en la región, informó la policía.
El ataque ocurrió en Kurram, un distrito en la provincia noroccidental de Khyber Pakhtunkhwa, donde los enfrentamientos entre la mayoría musulmana suní y la minoría chií han dejado decenas de muertos en los últimos meses.
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Nadie se atribuyó la autoría del ataque. El suceso ocurrió una semana después de que las autoridades reabrieran una carretera clave en la región tras mantenerla cerrada durante semanas a raíz de enfrentamientos mortales.
El policía local, Azmat Ali, indicó que varios vehículos que transportaban pasajeros viajaban en un convoy desde la ciudad de Parachinar a Peshawar, la capital de Khyber Pakhtunkhwa, cuando los pistoleros abrieron fuego.
Señaló que al menos diez pasajeros se encontraban hospitalizados en estado crítico.
El presidente de Pakistán, Asif Ali Zardari, condenó el ataque y ofreció sus condolencias a las familias de las víctimas. También ordenó a las autoridades tomar medidas contra los responsables del ataque.
Baqir Haideri, un líder chií local, denunció el ataque, diciendo que “los terroristas martirizaron a nuestra gente inocente después de identificarla”.
Afirmó que es probable que el número de muertos por el ataque aumente.
Los musulmanes chiíes suponen aproximadamente 15% de los 240 millones de habitantes de Pakistán, de mayoría suní y que tiene un historial de hostilidad entre las dos comunidades.
Aunque conviven mayormente en paz en el país, las tensiones han existido durante décadas en algunas áreas, especialmente en partes de Kurram, donde los chiíes son mayoría.
Casi cincuenta personas de ambos bandos también murieron por una disputa de tierras en julio, cuando estallaron enfrentamientos entre suníes y chiíes en Kurram.
Pakistán también realiza operaciones de inteligencia para afrontar la violencia en el noroeste y el suroeste, donde milicianos y separatistas suelen atacar a policías, tropas y civiles. La mayor parte de la violencia ha sido atribuida al Talibán paquistaní y al grupo ilegalizado Ejército de Liberación de Baluchistán o BLA.
Esta historia fue traducida del inglés por un editor de AP con la ayuda de una herramienta de inteligencia artificial generativa.