El expresidente Donald Trump prometió que si regresaba a la Casa Blanca para un segundo mandato, llevaría adelante una masiva deportación de indocumentados, “más grande que la del presidente Dwight D. Eisenhower”, cuando el gobierno deportó a más de 1,000,000 de mexicanos en 1954 bajo el polémico plan “Operation Wetback” (Operación Espaldas Mojadas).
El exmandatario habló de la existencia de más de 18 millones de indocumentados en Estados Unidos pero en realidad, esa cifra se ha mantenido en alrededor de 11 millones desde el 2005, según el Pew Research Center.
Manténte al tanto de las noticias locales y del estado del tiempo. >Suscríbete a nuestros newsletters gratuitos aquí.
Un equipo de asesores de Trump ha estado elaborando el plan, encabezado por quien manejara las cuestiones migratorias durante su mandato, Stephen Miller, un ultraconservador con un solo fin: eliminar a los “ilegales”, el término que usa para referirse a los indocumentados.
Una de las cuestiones más espinosas es cómo evitar o minimizar que las propuestas sean blanco de demandas judiciales que podrían frenarlas.
Para ese fin, el plan sería que Trump invoque una ley de 1798 que se usó durante la Segunda Guerra Mundial, que autoriza al presidente a “detener, reubicar o deportar extranjeros” sin tener en cuenta su estado legal, durante una “invasión o incursión predadora” que involucran a “una nación soberana o gobierno”.
La Casa Blanca bajo un mandato de Trump argumentaría que las pandillas y los cárteles de la droga en América Latina se han convertido en “actores del estado” involucrados en una “invasión”.
Esto, según Miller, le permitiría a Trump suspender el “debido proceso” para realizar deportaciones, de acuerdo a un reporte de Mother Jones.
STEPHEN MILLER, EL IDEÓLOGO DEL PLAN DE DEPORTACIÓN MASIVA
Miller propone que se asignen entre 10,000 y 11,000 armas y puestos de Seguridad Nacional para formar una rama policial, que se sumaría a ICE, que cuenta con más de 20,000 agentes.
Para deportar “ilegales”, como les llama Miller, usarían además a la DEA, ATF, el FBI y hasta el Servicio de Parques Nacionales, según Mother Jones.
También involucrarían a la Guardia Nacional, aún si la ley no lo permite ya que el Acta Posse Comitatus prohíbe que la Guardia Nacional sea convocada a un servicio que afecta civiles, a no ser que lleve una autorización del Congreso.
Pero Trump invocaría el Acta de Insurrección, que le daría poderes ilimitados para usar la fuerza militar como una fuerza policial doméstica.
Finalmente, un gobierno bajo Trump construiría inmensos centros de detención cerca de la frontera, “seguramente en Texas” que puedan alojar de 50,000 a 70,000 personas, según dijo Miller, de acuerdo al trabajo de investigación de Mother Jones.
Vale recordar que durante el mandato de Trump, cerca de 1.5 millones de personas fueron deportadas de Estados Unidos, tal como reporta la BBC.
Durante el gobierno del presidente Joe Biden, ese número alcanzó 1.1 millón hasta febrero del 2024, mientras que en los dos mandatos de Barack Obama, fueron deportadas más de 3 millones de personas.