El caso de Jameelah Cosper, de 23 años, y Giovani Garcés, de 26, ha conmocionado a la comunidad de Opa Locka. La pareja se encuentra tras las rejas, acusada de abuso infantil agravado y negligencia infantil, luego de que la policía descubriera evidencia de abuso físico en su hija recién nacida.
Según registros de la corte, la pareja llevó a su hija de dos semanas al hospital el pasado 28 de enero debido a una lesión en el tobillo. Sin embargo, los médicos descubrieron algo más alarmante: la bebé también presentaba una fractura en el cráneo. Ante esta revelación, el Departamento de Niños y Familias intervino de inmediato para proteger a la pequeña.
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El 6 de febrero, detectives llegaron a la casa de los jóvenes padres en Opa Locka para continuar la investigación. Según informes, las historias proporcionadas por los acusados no coincidían. Mientras que Garcés afirmaba que la bebé se cayó en la tina debido al jabón en sus manos y sugirió que la otra fractura podría haber sido causada por acostarse sobre la niña en la cama, las discrepancias en sus relatos despertaron sospechas entre las autoridades.
Los análisis médicos más detallados revelaron que las lesiones de la recién nacida eran consistentes con evidencia de abuso físico, según indicó el informe de arresto. Esta conclusión ha aumentado la gravedad del caso y ha generado una mayor preocupación en la comunidad.
La jueza ordenó que los padres se mantuvieran alejados de la recién nacida, y a la madre se le impuso la medida de permanecer bajo arresto sin derecho a fianza hasta el inicio del juicio. Estas decisiones reflejan la seriedad del caso y la necesidad de proteger a la víctima de futuros daños.
A medida que el caso avanza en el sistema judicial, la comunidad espera que se haga justicia y que se brinde el apoyo necesario a la bebé afectada. El abuso infantil es un problema grave que requiere una respuesta contundente por parte de la sociedad y las autoridades para proteger a los más vulnerables.
