Si eres padre y has enfrentado un Día de Acción de Gracias lleno de preguntas incómodas sobre los hábitos alimenticios de tus hijos, crisis por hambre a mitad de la fiesta y discusiones familiares, este artículo es para ti.
Basándonos en recomendaciones compartidas por TODAY, te presentamos consejos prácticos de expertos para ayudarte a manejar el estrés de una festividad que gira en torno a la comida, sin importar si tu hijo come o no de la cena tradicional.
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Kristin Kirkpatrick, fundadora de KAK Consulting y exdietista de Cleveland Clinic, explicó a TODAY que el Día de Acción de Gracias puede ser abrumador, no solo por la cantidad de comida en la mesa, sino también por las expectativas que lo rodean. "Aunque hablamos de gratitud, el tema principal del día suele ser la comida", afirmó.
Arielle “Dani” Lebovitz, experta en crianza alimentaria, agregó que incluso los niños que no suelen ser exigentes con la comida podrían sentirse diferentes durante las festividades debido a la sobrecarga sensorial y emocional.
Estrategias para facilitar el momento
- Sé empático con la sobrecarga sensorial
Lebovitz recomienda evaluar más allá de la comida. Los olores, las multitudes y el ruido pueden afectar a los niños. Usa auriculares para amortiguar el sonido o lleva utensilios y platos familiares para darles mayor seguridad. - Incluye un alimento “seguro”
La Dra. Katie Lockwood, pediatra del Hospital Infantil de Filadelfia, sugiere ofrecer en el plato algo que tu hijo coma habitualmente, aunque no sea típico del Día de Acción de Gracias. Esto puede ayudar a reducir su estrés. - Hazlos parte del proceso
Involucrar a los niños en la preparación de los alimentos puede aumentar su disposición a probarlos. Según Kirkpatrick, actividades como lavar, cortar o cocinar juntos ayudan a generar curiosidad y aceptación hacia nuevos platillos. - Ofrece una comida previa
Darles sus alimentos favoritos antes de la gran cena puede prevenir crisis por hambre y mejorar su actitud para disfrutar el momento en familia, aconseja Lebovitz. - Refuerza positivamente
En lugar de presionarlos con reglas o castigos, opta por el refuerzo positivo. Kirkpatrick sugiere elogiar cada pequeño esfuerzo de los niños al probar algo nuevo.
Cómo manejar comentarios familiares
Los familiares suelen querer opinar sobre lo que comen o no comen los niños. Para estos casos, Lebovitz recomienda respuestas respetuosas, como: “Dejamos que decida qué quiere comer y cuánto”. También puedes desviar la conversación hacia otro tema, destacando las habilidades o talentos del niño.
Para los niños mayores, enséñales a responder por sí mismos con un simple “No, gracias”. Esto les da autonomía y evita discusiones innecesarias.