NUEVA YORK — Frank Rubio no respondía “astronauta” cuando de niño le preguntaban qué quería ser cuando fuera grande.
Sin embargo, este piloto y médico de origen salvadoreño es precisamente en lo que se ha convertido: un astronauta que viajará a la Estación Espacial Internacional el mes que viene y pasará más de seis meses en el espacio.
Manténte al tanto de las noticias locales y del estado del tiempo. Suscríbete a nuestros newsletters gratuitos aquí.
“Para mí es un gran orgullo poder representar al pueblo salvadoreño”, dijo Rubio durante una entrevista telefónica con The Associated Press desde el Centro de Entrenamiento de Cosmonautas de Gagarin, en la Ciudad de las Estrellas, Rusia, donde se encuentra entrenando para su misión. “Es algo que es muy emocionante para mí y para nuestra familia”.
Rubio, quien nació en Los Ángeles pero pasó los primeros seis años de su vida en El Salvador, despegará a la Estación Espacial Internacional el 21 de septiembre a bordo de la nave Soyuz MS-22. El despegue se realizará en Kazajstán y en su nave habrá dos astronautas más, los rusos Sergey Prokopyev y Dmitri Petelin. La misión es parte de la colaboración que la NASA y Roscosmos, la agencia espacial rusa, llevan a cabo desde hace más de dos décadas en la Estación Espacial Internacional.
La estación es un laboratorio científico del tamaño de un campo de fútbol, ubicado a unos 400 kilómetros por encima de la órbita de la Tierra y en ella habitan y trabajan astronautas de forma continua.
La madre de Rubio, Myrna Argueta, y otros parientes viven en El Salvador, dijo el astronauta.
Argueta verá el despegue desde allí, mientras que tres de los hijos de Rubio y su esposa viajarán a Rusia para despedirse del astronauta y ver el despegue en ese país. La hija mayor del astronauta está en la universidad y no puede viajar a Rusia debido a sus estudios.
Esta será la primera misión espacial de Rubio desde que se convirtió en astronauta en 2017, dijo la NASA. El hispano lleva dos años entrenando para ella, pilotando jets supersónicos T-38 y metiéndose en máquinas centrífugas rusas y estadounidenses que simulan aceleraciones y lo acostumbran a las fuerzas que experimentará en el despegue.
Rubio dijo que espera llevar a cabo alguna caminata espacial, algo que describió como un desafío, ya que representa trabajar durante muchas horas y con mucha concentración, reparando mecanismos de la estación.
Al astronauta también le gustaría poder experimentar con un proyecto innovador que otros ya han iniciado: imprimir tejido celular humano en impresoras 3D. El experimento debe realizarse en zonas donde no hay gravedad y por eso varios astronautas lo han hecho ya en la Estación Espacial Internacional. La investigación ha sido descrita como algo que podría ser crucial para enfermos en estado crítico que necesitan nuevos órganos.
Por otro lado, la misión de Rubio tiene también como objetivo estudiar el cuerpo humano y cómo es afectado por la micro-gravedad. Eso ayudará a estar en la Luna más tiempo y llegar a Marte, dijo Rubio.
“Para mí estar allí, claro que es increíble estar en el espacio, pero más que todo, uno se siente muy orgulloso de hacer cosas que van a ayudar a la humanidad entera”, dijo. “Es emocionante”.
Rubio explicó que cuando era niño decía que quería ser médico. Su familia se trasladó de El Salvador a Miami, y tras terminar la escuela, se graduó en la academia militar de West Point, en Nueva York. Fue piloto de helicópteros Blackhawk y voló más de 1,100 horas, incluidas más de 600 horas de combate en Bosnia, Afganistán e Irak, aseguró la NASA. Rubio estudió después medicina y trabajaba como médico para pilotos en Colorado cuando fue seleccionado por la NASA como candidato a astronauta.
Rubio no es el primer astronauta hispano en el espacio. La NASA ha enviado ya a especialistas como Ellen Ochoa, Michael Lopez-Alegria, Joe Acaba o Serena Aunon-Chancellor.
Las tensiones entre Rusia y Estados Unidos debido a la invasión rusa de Ucrania no han afectado a la misión, dijo Rubio, quien describió a los astronautas rusos con los que viajará como “amigos”.
“Son increíblemente buenos cosmonautas”, dijo. “Todos tenemos un gran confianza en nuestro equipo y, juntos, la tripulación que vamos a tener va a ser muy fuerte. Podemos hacer cualquier misión que nos toque”.